Hoy queremos hablaros sobre las diferencias que hay entre un purificador de aire y un humidificador. Cada vez son más los adeptos a estos electrodomésticos, y es que, las calefacciones, los aires acondicionados y la contaminación de las grandes ciudades hacen que los espacios estén cada vez más secos y llenos de partículas contaminantes que dificultan la respiración y secan los ojos y la piel de quienes los habitan. Si a esto se suma que cada vez hay más personas asmáticas y con problemas en la piel, estos aparatos se vuelven imprescindibles en las casas. 

Purificador de aire frente a humidificador

Pero, ¿en qué se diferencian realmente un purificador de aire de un humidificador? La función de ambos es modificar el estado del aire en espacios interiores. A grandes rasgos, la diferencia principal entre ambos es que el humidificador únicamente regula la cantidad de humedad en el aire mientras que el purificador consigue limpiar el ambiente. Por tanto, la diferencia es bastante clara. Pero vamos a profundizar más en ambos electrodomésticos. 

Podemos decir que los humidificadores llegaron primero a nuestras vidas. Se utilizan, sobre todo, para contrarrestar los altos niveles de sequedad que, a veces, hay en las viviendas, debido al uso de calefacción o bombas de calor que resecan el aire. De este modo se consigue combatir el ambiente demasiado seco y los problemas respiratorios que acarrean alergias, sequedad de piel y ojos entre otras cosas. Su funcionamiento es muy sencillo, cuentan con un depósito de agua que se encarga de humidificar el ambiente de un espacio. La capacidad de ese depósito determinará el tamaño de la habitación que puede humidificar y el tiempo que tardará en llenarse. Es muy importante mantener limpio el depósito de este aparato para evitar la proliferación y contagio de bacterias. Si lleva filtros hay que limpiarlos con agua cotidianamente, mínimo una vez cada dos semanas, aunque puede ser cada menos tiempo en función del uso dado al humidificador. Tienen que estar secos para volver a colocarlos.

 

Bellaria Falmec

En cuanto a los purificadores de aire, podemos decir que poco a poco están haciéndose un hueco en las casas y dejando, en ocasiones, en un segundo plano a los humidificadores. Para quién lo prueba se vuelve un imprescindible en su día a día. Un purificador de aire consigue depurar el aire y eliminar elementos contaminantes y alérgenos que son perjudiciales para la salud. Elementos como los ácaros, el polvo, el polen y otras partículas similares que viven en nuestros hogares, aunque no los veamos, desaparecen con los purificadores. En otras palabras, un purificador consigue regular y mejorar la calidad del aire convirtiendo una determinada estancia en un ambiente más seguro, confortable y beneficioso para la salud. La buena calidad del aire es especialmente importante en oficinas y otros entornos laborales, donde durante muchas horas al día conviven personas, maquinaria, productos químicos, etc. El mundo de los purificadores es muy amplio. Existen 4 tipos en el mercado:

  1. Por irradiación o iónicos. Este tipo de purificadores generan un campo eléctrico que hace que se mezcle con las partículas del ambiente y estas caigan al suelo liberando el aire cargado. Eliminan humo, polvo y malos olores. Es importante verificar el nivel de ozono que generan los ionizadores, ya que si excede el aceptable pueden causar daños en la salud. No llevan filtros.
  2. Por carbón activo. Son muy absorbentes. Ideales para retener contaminantes gaseosos, humos, productos químicos, gases y olores nocivos. Recomendados en espacios donde se suele trabajar con químicos como carpinterías, industrias de pequeño tamaño, etc. No es tan eficaz en la lucha contra los agentes alérgenos y los microorganismos. Es necesario usarlo con otro filtro que retenga las partículas de mayor tamaño como los filtros HEPA.
  3. Con luz ultravioleta (UV). Esterilizan los microbios, virus y bacterias evitando su reproducción. No son eficaces con olores nocivos y vapores químicos.
  4. Por filtros. Los filtros atraen las partículas del aire eliminándolas del ambiente. El aire pasa primero por un filtro que atrapa las partículas más grandes. Después, entran en acción los filtros de HEPA (de alta potencia), eficaces contra partículas diminutas como polvo, polen, humo de tabaco… De este modo se alarga la vida útil del filtro de HEPA, que puede extenderse hasta los cinco años, en función del uso. Los filtros no generan ozono ni elementos perjudiciales. Necesitan una limpieza habitual.

Purificador de aire Bellaria

Además del sistema de cada purificador, es importante encontrar uno con un diseño que encaje con el estilo de nuestro hogar y que no ocupe mucho espacio. Siguiendo estas premisas, Bellaria de Falmec es la mejor elección. Además, Bellaria tiene una doble función, a la vez que purifica el aire, proporciona luz ambiental con un led con intensidad regulable. Cuidar de nuestra salud y de la de nuestra familia es una de nuestras principales preocupaciones. Con los purificadores de aire puedes estar seguro de que el aire que respiras es el adecuado para el bienestar de los que más quieres.

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